ESTE VIERNES NO TRABAJA
Los viernes cuando no trabaja se aleja del centro hasta al sendero que lleva a las bodegas envueltas en pinares, olores a resina y tierra seca.
Antes, después de dejar atrás los márgenes que perfilan una carretera sin arcenes ni mediana, hay un campo de algarrobos, una hilera de cipreses, viñedos a lo lejos ajenos a las bodegas, menos cuidados y pulcros, más hermosos cuando los brotes de retama mezclan amarillos entre los pámpanos de las cepas.
Hoy es viernes y no trabaja, y el verano se termina y los días tienen el aire incierto de un verano lánguido y un otoño en ciernes. Un día triste de luz rota y nubes viajeras, transformadas, empujadas por el mismo viento suave que agita las hojas del algarrobo que lo cobija.
Hoy es viernes y no trabaja y como otros otoños ha caminado hasta dejar el pueblo a su espalda. Apartado de la carretera, una lengua de asfalto desvaída y sola que bordean los márgenes de piedra, ha tomado el camino que conduce a la bodega oculta entre los pinares. Y como en los otros otoños de nubes y vientos suaves, se ha tumbado bajo la copa del algarrobo donde se esconden las abubillas que levantan el vuelo alertadas por su presencia. De cara al cielo celebra la llegada de las nubes, sus paseos perezosos, el viento que las arrastra y el frío que a ráfagas le crece desde el pecho, empujado por ventolinas que desflecan las nubes y predicen el otoño.
Hoy es viernes y no trabaja y pendiente del vuelo de las nubes parece que nada hubiese cambiado, que las formas de este cielo fuesen las mismas de tantos otros, de los de hace muchos años, islotes en movimiento yendo y viniendo sobre el cielo de siempre…
…las que veía tumbado junto a mi padre, junto a las zarzas de moras, después de mear en la última grillera y hurgar en el escondite hasta dar con el grillo, cazarlo, guardarlo, alimentarlo….
Podría saludar las nubes alzando las manos con las palmas abiertas, notando el aire sobre la piel, incapaz de alcanzar a tocar los dedos de su padre, más cerca de las nubes, más cerca del cielo…y a lo lejos el mar…
…los dedos de mi padre siempre estuvieron más cerca del cielo, sus brazos crecían y sus dedos se estiraban y se perdían entre las nubes que veíamos cambiar de forma. Las manos de mi padre crecieron durante muchos años buscando el cielo, la masa tierna de las nubes, el lugar lejano donde esconderse...
Nada más nos queda el cielo, igual de lento, igual de plácido. Nada más quedan las nubes para hacer los mismos juegos, adivinar perfiles, imaginar siluetas, a cada paso una forma nueva, a cada poco una hilacha que se estira, un jirón que se desprende, una cara, un elefante, un gorrión sobre un gorila, dos gorriones y un caballo, un pez dorado, un perro mudo ladrando… horas tumbados bajo un cielo maculado, el otro mundo.
…Hoy es viernes y no trabajo y como cada nuevo otoño camino hasta perderme de vista, hasta sentir que vuelvo, que no vivo hoy, que no he dejado de vivir en un tiempo errático, mi tiempo. Y antes de alcanzar el camino de las bodegas, antes de sentir la presencia de los pinares, el olor dulce de la resina, busco la copa del algarrobo, tronchando briznas con las suelas, pisando guija, hasta notar el aleteo urgente de la abubilla, el alboroto brusco entre las ramas, eclipsada después entre los pámpanos de las cepas que mezclarán su verdor con los brotes nuevos de la retama...
Tumbado mirando al cielo, posando la mirada en la nube que se desgaja y que deja a la vista otra nube más densa, más parda, siente el mismo viento crisparle la piel, el mismo frío peinar el otero y levanta los brazos al cielo, queriendo tocar la nube vaca que se alarga, el nimbo risa que no habla, el cirro monstruo que no ruge. Habitando el mismo cielo, cruzando los prados que miran al mar, todo en el cielo de siempre, tendido junto a su padre, con las manos alzadas, buscando el extremo de sus dedos que se alargan sin poderlos alcanzar.
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Excelente trabajo, José Luis. Precioso. Lleno de ternura y melancolía. Cargado de otoño.
ResponderEliminarGracias
He cerrado los ojos y me he transportado a los que has descrito. Maravilloso.
ResponderEliminarGracias
Gracias a vosotras por los comentarios.
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