MIA COUTO: TIERRA SONÁMBULA

Mia Couto
"Tierra sonámbula"
Edit. Punto de Lectura

Admito, aunque me pese, que no conocí el nombre de Mia Couto hasta principios de este año, cuando colaboraba en la organización de una jornada de literatura hispano-portuguesa que poco después tuvo lugar en Barcelona. De procedencia mozambiqueña, la narrativa de Mia Couto fue alabada en una de las reuniones por una amiga, experta en narrativa portuguesa, quien consideraba al autor africano como una de las voces actuales más representativas en esta lengua.
Unos meses después, conversando en esta ocasión con el presidente de la Fundación Ibo, dedicada al desarrollo de esta isla de Mozambique, el nombre del autor salió a relucir de nuevo, gozando también de la admiración de mi acompañante.
Pero no sería la última vez que, de forma casual, sentiría la presencia de Couto.
Este verano, durante mi habitual estancia en Asturias, dediqué una mañana a deambular por las librerías de la vetusta ciudad de Oviedo. Recorrí sus escaparates, curioseé en sus estanterías y hojeé algunos títulos con la agradable parsimonia de sentirme libre de prisas.
Como en otras partes, en algunos de esos establecimientos se acostumbra a ofertar saldos, última oportunidad antes de su definitiva demolición. Son títulos caídos de los anaqueles y de los catálogos, añosos ejemplares de cubiertas amarillentas e interiores deslucidos que resisten amontonados en esa especie de desolador purgatorio al que recomiendo acercarse.
Entre un surtido de especies esotéricas, geografías trasnochadas, elucubraciones astrológicas y tratados de sodokus, cabe la posibilidad de desenterrar alguna joya que ni los libreros inexpertos ni los lectores de best sellers acostumbran a reconocer.
Y en uno de esos destierros injustos descubrí por tercera vez el nombre de Mia Couto, ahora hecho carne, casi rogándome su salvación. La “Tierra sonámbula” que hojeaba entre las manos tenía las tapas ajadas, pero hubiese sido un despropósito contradecir al destino, desperdiciando la oportunidad que parecía fabricada para mí, enterrada en aquel cementerio de títulos.
“Tierra sonámbula” es un libro de libros, una exposición de historias paralelas que se alimentan una a la otra.
En el África mozambiqueña, sobreviviendo a una guerra que en todo momento aparece como telón de fondo, un joven y un anciano encuentran cobijo en un destartalado autobús que ha sido pasto de las llamas. Entre escombros y cuerpos calcinados aparece el cuaderno de Kindzu, un conjunto de relatos que transitan entre lo mágico y lo real, la historia de una búsqueda imposible salpicada de supersticiones y aparecidos que ocupará los preludios del sueño en las noches muertas del joven y el viejo, en la espera de su viaje a ninguna parte.
La prosa transcurre por un campo indeterminado, entrando y saliendo de lo irreal, de lo onírico, sin que en ocasiones uno llegue a saber muy bien el camino por el que discurre. El lenguaje que articula toda la obra bascula entre una narrativa exquisita, poética muchas veces, condimentada con neologismos y otros recursos lingüísticos, y unos diálogos afectados por la cercanía de múltiples dialectos que impactan y transforman la lengua portuguesa en esa geografía.
Un ir y venir entre dos mundos, un paseo entre esto y lo otro, tropezando con leyendas y atavismos en una tramoya sobrenatural.
Mia Couto y su “Tierra sonámbula” merecían ser salvados del destierro, ser devueltos al mundo de los vivos, y me alegro de haber escuchado el lamento exangüe que del fondo del cajón de los saldos susurraba “¡pssst...¡oiga!...¡caballero!, los que van a morir le saludan”.

1 comentario:

  1. Anónimo6:13 p. m.

    Vamos, hombre, mi experiencia con este libro ha sido similar. Ha excepción que nunca había escuchado de este autor. Un Domingo por la tarde, también en una venta de saldos, encontré el libro y al leer su primera página quedé prendado. ¡Excelente novela!

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