SALMAN RUSHDIE



Dentro del ciclo de conferencias programadas por la Biblioteca Jaume Fuster con motivo de su reciente inauguración, el 21 de noviembre tuve la ocasión de escuchar a Salman Rushdie que, entrevistado por Rodrigo Fresán, hacia interesantes aportaciones sobre su obra y su forma de entender la literatura.
Con la finalidad de no alterar el contenido de sus comentarios, me limito a transcribir tan literalmente como me es posible sus palabras.


La novela actual:
Ya no vivimos en el mundo clásico de la novela que se desarrolla en un lugar y con un pequeño grupo de personas que descubren su destino, como sucede por ejemplo en Madame Bovary.
El nuevo mundo es complicado y difícil de colocar en la novela. La novela se resiste, es un género que quiere ser provinciano, quiere estar en un tiempo específico.
¿Cómo escribir el nuevo mundo? Es lo que he intentado hacer. La idea de la interconexión es un tema nuevo para la novelística. “Guerra y Paz” trata sobre la interconexión.
Las ideas de que una parte del mundo está relacionada con otra más grande es nueva en la novela. Hoy es difícil separar Oriente de occidente.
Crecí en Bombay, construida por los británicos. Esta mezcla cultural está presente cada día. Si tienes que hablar o escribir de esas ciudades hay que tenerlo en cuenta y hay que buscar las formas de narrarlo.

Su inicio como escritor:
La película “El Mago de Oz” hizo que me convirtiera en escritor. En la adolescencia fui un fan de “El señor de los anillos” y aprendí el idioma de los elfos.
Me interesaban los libros. Nunca leí el Mago de Oz porque no había llegado a Bombay. La película es mejor.
Vi la película y escribí in relato sobre un niño que encuentra el inicio del arcoiris. Tiene escaleras y sube por ella. Mi padre conservó el relato y después la perdió.
Esa película me convirtió en escritor.
Cuando estudiaba internado en Inglaterra leía mucha ciencia ficción. Odiaba el internado. Leí “El Señor de los anillos” con catorce años. Tolkien era un gran lingüista y yo llegué a aprenderme el lenguaje de los elfos.

Realismo mágico:
Frente al realismo mágico el habla yo hablo de “Ilusionismo histórico”, del manejo de la historia con frases mágicas.
Globalmente no pienso en términos de etiquetas. El realismo mágico es un término útil para unos escritores con una empresa colectiva. Ellos estaban implicados en un proyecto literario. No es distinto al surrealismo francés cuyo líder fue André Bretón. Tampoco es diferente al movimiento de los fabulistas americanos de los años 50.
El término es útil cuando se les aplica a ellos. Es un estilo que no aplica el naturalismo y yo si lo hago.
Aunque aplico técnicas de fantasía, cada vez lo hago menos.
En el punto álgido de la novela realista de principios del XIX había consenso entre el escritor y el lector sobre cómo era el mundo. El realismo se basa en esos fundamentos, la idea compartida de la realidad.
Ese consenso ya no existe. Hoy no se puede asumir que el escritor y el lector comparten la misma idea del mundo.

Hubo un científico que decidió estudiar todos los dioses de la India, todos sin exclusión. Llego a calcular unos 300 millones de dioses. La India tiene 1000 millones de habitantes, lo que da un dios por cada 3,5 habitantes.
Desde mitad de los años cincuenta, la India ha doblado el número de dioses. Como asumo que el número de dioses se ha mantenido estable, en los años cuarenta había en la India más dioses que población.

Siempre pienso en escribir un libro en el que no haya política. Yo estudié historia en la universidad, no literatura y siempre encuentro que los hombres están afectados por la historia de su tiempo. En ese sentido no creo que el realismo mágico sea apolítico.
Todos los autores contemporáneos están afectados por la política, el mundo ya no es realista.
Cualquier escritor diría que es mejor vivir épocas desagradables. En las épocas agradables no hay de qué escribir. Con el final del comunismo y la caída del muro de Berlín, los escritores no tuvieron de qué escribir.

El humor:
El ataque contra mis libros ha sido de tipo teológico, por eso los lectores pensaban que también mis libros lo eran y que por lo tanto eran arcaicos. En realidad mis libros son humorísticos.
Como lector no me gustan los libros sin sentido del humor, ha de ser una forma de ver el mundo no estrictamente seria.

He llegado a la conclusión de que soy una persona sencilla porque me gusta el rock y ese tipo de cosas. La novela trata sobre cosas reales y las da a conocer a la gente. El rock & roll es de mi época. El secreto de la música pop esta en que a tu madre no le gusta. Cuando somos jóvenes las cosas importantes son las que no gustan a tus padres, en el momento en que hay coincidencia tenemos un problema. Me interesa el fenómeno global del rock & roll.
En aquella época era difícil escuchar determinada música y esa música, a pesar de ello, viajó por todo el mundo. Además, no agradaba a las madres de ningún lugar.
Cuando quise escribir una novela sobre el amor y la muerte, me sorprendió ver que el mito de Orfeo era también una obra sobre la música. Como primer papel es un poeta y como segundo un músico.
La gente me decía que escribiera sobre rock en lugar de sobre extremismo. Los libros te llegan y capturan y cuando te capturan los escribes.

Influencias:
Cuando escribí “Hijos de la medianoche” quise escribir sobre mi infancia en la India, en Bombay. Supongo que una novela en particular que pudo haberme influido fue “El tambor de hojalata” de Günter Grass. Yo tenía que tratar sobre el final del imperio y él sobre los nazis.
También me ayudó la supervivencia de la tradición oral india. A causa del analfabetismo, es todavía un hecho.
Interesa que la forma en que la historia es narrada no es sencilla.
El narrador empieza con una historia antigua pero la irá cortando para incluir nuevas líneas argumentales: anécdotas actuales, canciones, malabares, etc.
Esta idea de la narración como juego que se rompe me pareció mejor que la forma clásica. Pensé como hacerlo de forma escrita. Intenté encontrar una versión escrita de ese método narrativo.

Antología de escritores indios:
Respecto a la coedición de una antología sobre nuevos escritores indios, la conclusión de esa antología es que no vuelva a hacerlo nunca. Los que dejas fuera te odiarán. No ganas amigos y si enemigos. Las antologías sirven para enfrentarte a las personas.
Yo la hice porque era una literatura muerta que se ha enriquecido. Se ha convertido en escritura muy saludable. Tras “Hijos de la medianoche” hubo gente que quiso escribir su propia versión. Hoy son voces nuevas.

“Shalimar el payaso”:
Es frecuente que los regímenes totalitarios, laicos o religiosos formen su punto de vista sobre el escritor. Si se quiere imponer una forma de autoridad el escritor es peligroso porque tiene una visión disidente de la realidad.
Cuando la verdad pública es una mentira, el escritor de ficción tiene la obligación de contar la verdad. El escritor de ficción dice más verdades que quien se supone que ha de decir la verdad. Es una voz independiente que aporta su punto de vista.
Si miramos la forma en que los escritores se han mantenido firmes ante la tiranía eso tiene un gran mérito.
Mientras los políticos te machacan no es agradable pensar que dentro de 200 años la gente te leerá.

Los nueve años de "fatua" lanzada sobre él por Khomeini:
El no haber sido vencido implicaba no dejarme invadir. No quise convertirme en una criatura definida por el ataque hacia mi. No quería ser una criatura objeto de una venganza. Soy capaz de sentirme furioso hacia muchas cosas que me han sucedido. Por eso no escribí mis memorias. Es volver a aquella pesadilla de nueve años.

Proceso de escritura de “Shalimar el payaso”:
La primera imagen fue la del americano muerto, el hombre con un cuchillo y la hija ilegítima. Sabía que el asesino sería de Cachemira y que sería un crimen político. Dejé este hecho de lado y escribí “Furia”. Después de “Furia” miré lo que había hecho y me di cuenta de que lo que decían los personajes era que tenía que escribir toda la historia. No era solo una historia de esos tres personajes, tenía que entrar en la historia de Cachemira, en la Europa nazi y en la historia de California para hablar de la hija ilegítima. Tenía también un cuarto personaje, la mujer del muerto. Pero la novela trata sobre la traición.
Mi interesan las personas cuyas vidas cambian mucho. Esta es la cuestión de este libro. Alguien inocente que se convierte en un asesino en serie. Cuando lo aprecias y se convierte en un asesino, nos afectará. Es importante que el lector lo quiera y que se sienta confundido. Quiero que el lector tenga una reacción complicada.

Por cuestiones de espacio, si te interesa conocer el resto de la información recogida, envíame un correo a la dirección:

tarratertulia@terra.es

y te remitiré un documento de Word con el resto de sus comentarios.

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