PINOCHO



Pinocho acosado por una carga de la caballería ligera y un indio renegado

La cabaña y una noche quieta de verano filtrándose por las ventanas abiertas de par en par. Los grillos y el rastro de las ráfagas de un viento suave entre los árboles. Brillaban las estrellas y la que más despuntaba se descolgó y fue a estamparse contra el suelo del cuarto.
Gepeto dormía entre ronquidos. Frente a la chimenea, donde aun permanecían las cenizas de los últimos rescoldos, Pinocho colgaba de sus hilos con la cabeza hecha carbonilla.
- No podemos seguir así. Gepeto no sabe que hacer contigo.
Dijo la estrella convertida en Barbie Hada Madrina, agitando una varita mágica que desprendía ascuas de luz.
-Te lo he repetido mil veces. ¡Olvídate del Breakdance! ¡No es un baile para ti! ¡No es un baile para ningún muñeco de madera que pretenda envejecer dignamente!
Mírate Pinocho; los último trompos te han dejado la cabeza como una tea. No puedes girar y girar sobre el suelo sin pensar que terminarás ardiendo como una antorcha.
Tú no has nacido para esto. Has nacido para algo más encomiable, eres una puñetera moraleja, un compendio de virtudes. Estás aquí para transmitir valores, no para unirte a esa pandilla de desarrapados que piden limosna en la calle mientras se arrastran por el suelo.
¿Y qué es eso de tu relación con el Pájaro Loco? ¿Es que definitivamente has perdido el juicio? Pepito Grillo te deplora, está cansado de ser la voz de tu conciencia clamando en el desierto ¡Está hundido! ¿A qué viene eso de tu relación con un pájaro carpintero? ¿Te has vuelto estúpido? ¿No ves que te destrozará? Cualquier noche, mientras duermas, se abalanzará sobre ti y te dejará echo virutas. Recogerán tus restos con una escoba. Es una odiosa relación contra natura. Pepito Grillo exige ser liberado de su papel en esta historia. ¿Te das cuenta? ¿En qué lugar quedo yo, muñeco idiota? ¿Quieres decirme cómo reciclo ahora a un grillo con bastón y bombín en el siglo veintiuno? ¿Le pago una carrera de psicología? ¿Un master en recursos humanos y lo pongo de coacher en una multinacional?
No me lo podía creer. Te presenté a Pocahontas, una belleza india, de lo más lúbrico que tenía en mi catálogo de princesas de cuento. Descarté a Mulán por su falta de feminidad, demasiado sospechosa y no quería correr riesgos respecto a su inclinación sexual. Por razones obvias me olvidé de la Sirenita. Como no quería conflictos religiosos ni culturales no tuve en cuenta a Jasmine, y la Cenicienta me pareció tan cursi que la reservo para tirar de las sillas de ruedas en los geriátricos.
Así que me fijé en Pocahontas, una hembra envidiable, una hermosura étnica, puro primitivismo indígena. Por una vez en la vida habrías conocido el verdadero sentido de esa larga narizota...y tú te decides por el descerebrado de Woody Wood Peacker, el Pájaro Loco.
Gepeto tosió desde su cama, por un momento interrumpió sus ronquidos. Su apnea era una fuente de sobresaltos. Mientras, Pinocho era poco más que un resto requemado suspendido en un tendal. Entraron las nubes, el cielo perdió la claridad y las estrellas dejaron de estar visibles.
- Y ahora va y se nubla. Como me pierda de vuelta a casa, entonces sabrás lo que es el fuego.

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