DE PERROS Y PALOMAS
Foto tomada en la Playa de Sant Salvador-El Vendrell
Sobre el pequeño muro que separa la playa del paseo, dos palomas y un gorrión esperan a que un perro astroso y enano se canse de roer un trozo de pan reseco.
Lo mastica, lo babea y al final se olvida de él, entonces las palomas y el gorrión aprovechan y se acercan cautos hasta el mendrugo.
El perro se desentiende de todo y camina hasta la arena para abrirse de patas y soltar una mierda que después reboza con tierra.
Mira hacia el paseo y ve a las palomas ocupadas en el pedazo de pan, lanzado al aire con picotazos que desgranan migas.
Apura el paso y se lanza ladrando sobre ellas, que levantan el vuelo hasta posarse de nuevo en el muro bajo que separa el paseo de la playa.
Ahora ladra más fuerte y una hormigonera empieza a ronronear.
Contra el fondo del agua se contrae la silueta de una mujer joven paseando un perro que enerva las orejas al oír los ladridos.
Se acerca, camina sobre la arena y sostiene la correa de su perro grácil que no se molesta en contestar.
Es hermosa y la arena irregular bajo sus pies no le altera la armonía del movimiento. La hormigonera calla y ella se pierde a lo lejos, absorbida por los promontorios de barcas embarrancadas junto a la orilla.
Un hombre patea lejos el mendrugo y las palomas dejan de merodear sobre el muro mientras el perro se acurruca junto a una mesa dispuesto a dormir la siesta.
Yo esperaré, esperaré mientras el sol pierde fuerza deshaciéndose en reflejos sobre el mar y el canturreo de las olas se queda solo en la playa.