BIEN HALLADO KJELL ASKILDSEN


También este año estuve en la Feria del Libro de Madrid. Llegue a Atocha en el AVE muy temprano, serían las nueve y media, así que me di un homenaje en Casa Luciano desayunando chocolate con porras antes de encaminarme al Retiro. Subí tranquilamente por la cuesta que da a la Glorieta del Ángel Caído, después del homenaje no estaba el cuerpo para prisas.

Cantos de pájaros y algunos madrugadores sudando la camiseta a golpe de zapatilla. La calma rescatada en esa especie de burbuja verde que es El Retiro. Después vino el descorrer de persianas y las casetas fueron abriendo y en poco tiempo la Feria se puso en marcha el primer sábado, tras un viernes inaugural que para no contrariar la tradición, llegó cargado de lluvia.
Actos literarios en las carpas. Iniciativa muy loable la de las “Personas Libro” en la del Ayuntamiento de Madrid. Firmas en las casetas y nubes de tormenta en el cielo, que de forma intermitente descargaban chaparrones entre sol y sol.

Muchas cosas de interés y al llegar la noche tapeo en la Plaza de Sta. Ana y cervecitas a ritmo de música en vivo en el Populart y en La Fídula.
Y como siempre hay un detalle que destacar, esta vez, entre muchos posibles, me quedo con el descubrimiento de Kjell Askildsen.

Trasteando en una de las casetas me sedujo la portada del libro Todo como antes (Ed. Lengua de Trapo), una fotografía en blanco y negro de Bruce Davidson en la que la mirada reconcentrada de un anciano en primer plano y la indolencia de un segundo al fondo, irradian la esencia tediosa y desolada de ese Todo como antes. A la hora del almuerzo, bajo las frondas del parque, entro en materia y lo que me encuentro no me decepciona en absoluto.

En la reseña de la contraportada se parangona su obra con la concisión minimalista de Raimond Carver. Algo de ello hay, pero solo algo. No creo que Carver busque emocionar con lo que dice sino con el cómo lo dice, Pienso que ese tono lo consigue por la arquitectura de su escritura, tan poco decorada pero tan bien resuelta. Alguien hacía la metáfora de que era como si el narrador entrase con una cámara y filmase lo que está sucediendo, sin implicarse en la escena. Askildsen es más directo, el tremendo desamparo de los protagonistas se expresa en una narración en primera persona, relata el desaliento de los personajes, el desafecto hacia lo que les rodea y el miedo a la soledad y todo ello sin una fórmula tan elíptica como la de Carver.

Efectivamente, pienso que hay cosas de él, pero también de Bukowski o de Cheever, por poner algunos ejemplos muy ilustrativos. Aunque también encuentro cosas de la china Li Chi (Triste Vida, Ed. Belacqua) y seguro que de muchos más. El retrato del desasosiego es un argumento recurrente en la literatura contemporánea y es causa y reflejo de una forma de vida caracterizada por los desequilibrios de todo tipo.

A mi me queda mucha literatura por descubrir y a la industria editorial le quedan muchos retos por afrontar. Sucumbimos al boom latinoamericano y lo estamos haciendo con el after boom, empezamos a conocer mejor la literatura africana y algunos asiáticos empiezan a asentarse en las librerías españolas. La literatura nórdica es todavía una gran ausente, Henning Mankell, gracias al tirón comercial de la novela negra, y poco más.

En cualquier caso, por lo que a mi respecta, bienvenido seas Kjell Askildsen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario